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  • Carlos Contera

Concentración de Alanos Españoles en la Feria Ganadera de Salamanca

Por Carlos Contera*


La ciudad que alberga tantos testimonios de la raza antigua de perros alanos en sus templos -en sus arcadas de iglesias, en sus ilustres capillas catedralicias- fue testigo de la labor de conservación de la raza, que logró reunir medio centenar de ejemplares venidos de media España, todos ellos dedicados a funciones de trabajo en caza mayor y ganadería. La feria agropecuaria ha celebrado una monográfica sobre el Alano para reivindicar las utilidades de estos perros tradicionales, que están en nuestro país desde hace más de 1.500 años. Feria de Salamanca nos ha brindado la oportunidad de dar a conocer nuestra raza a miles de personas, que desfilaron por el emplazamiento de los perros como el que pasea entre ganado, formulando preguntas básicas y demostrando un interés de cultura general.


Esta cita ha estado organizada por el Círculo Venatorio de Monteros y Criadores de Alano, con el apoyo de la Diputación de Salamanca y la participación de la Asociación Española de Rehalas, con el objetivo de reivindicar las utilidades de estos perros tradicionales en el monte y en el campo. La convocatoria la había concertado José Luis Vicente (Rehalas José Luis) con la Diputación de Salamanca, especialmente receptivo el diputado D. Julián Barrera, quien nos abrió las puertas de la Feria. José Luis se ha visto arropado en convocatoria, diseños de poster, dorsales, diplomas… por nuestro grupo Círculo Venatorio del Alano y por la Asociación Española de Rehalas, que con su presidente y secretario presentes en la Feria, aportaron un nutrido y esperanzador grupo de Alanos de montería de gran calidad. Un entorno agroganadero profesional, con visitas de particulares que durante el fin de semana hicieron colas para entrar. Visitantes de todas las edades; televisión local; prensa local; cobertura nacional del evento; carpas expresamente montadas para la exposición de nuestros perros y el anillo de exhibiciones (plaza de toros) en el centro del recinto, para nosotros solos, a disposición.


La reunión ha alcanzado durante las dos fechas de fin de semana 51 ejemplares presentes, lo que satisface a cualquier organizador. Aunque sobre preinscripciones cabía esperar mayor numero de monteros presentes, varios han renunciado en vísperas. Salamanca está en la ruta de la plata, bien cerca de Madrid, de Avila, apenas una hora larga de Segovia, Valladolid… En fin, parece una ubicación excelente, una feria con infraestructura y bien organizada, una ciudad con soporte hotelero, un eje tradicional para la raza y accesible para los aficionados con ese creativo interés de salvaguardar el tipo funcional, en contrapeso a la perversión que sufre desde hace décadas en las exposiciones de belleza soportadas por la Real Sociedad Canina. Hemos tenido dos meses para su difusión, la fecha de pretemporada parece ideal, mil notificaciones electrónicas, llamadas de particulares que el organizador ha declinado ¿Qué es lo que frena al montero o rehalero para no acudir decididamente a esta llamada abierta? ¿Qué fenómeno lleva a participar aquí a aficionados de Cádiz, rehaleros de Ciudad Real, rehaleros de Huelva y Sevilla, mientras que propietarios de provincias lindantes no acuden con sus perros? Quiero encontrar una explicación en ese individualismo español que nos hace débiles en cualquier proyecto de compromiso colectivo. O quizá la respuesta sea el multiasociacionismo que sufre la raza, con muchas capillitas de espíritu excluyente, lo que Luis Cesteros ha denominado ‘sectas’ que pretenden distorsionar con poco respeto la realidad apenas conservada del tipo racial tradicional. Si ese diagnóstico es acertado, la armonía tardará en llegar… Desde luego, personalmente, como aficionado no me hubiera perdido esta reunión por nada del mundo.

Después de lo visto en Salamanca, puedo asegurar que la tendencia del prognatismo y los perros cabezones –que impulsó el grupo ANCAE y la Sociedad Canina de España en torno al año 2000- ha naufragado por completo entre perros y aficionados. Nadie de la veintena de aficionados allí presentes ha discutido o siquiera debatido la necesidad de descartar cualquier forma de prognatismo, por inviable en un perro de agarre. En la plaza de toros del recinto ferial, apenas llegaron machos prognáticos. Y las pocas perras que presentaron ese defecto, fueron apartadas en el momento más brillante de los buenos alanos: la exhibición en movimiento.


La observación de los perros en la pista se rigió por las hechuras que establece el patrón racial medieval establecido por el Libro de la Montería de Alfonso XI de Castilla. No hay mejor referencia, ni más precisa, ni más auténtica. En líneas generales, los perros que acudieron al ring de Salamanca, fueron heterogéneos, incluso dentro de la cuadra de un mismo criador o propietario, lo que da idea de que las bases de selección siguen sin fijarse de una manera clara. Como tendencias a destacar, para darlo a conocer a los aficionados que estuvieron presentes y a los que no, me atrevo a reseñar lo que mis ojos vieron. En lo positivo, muy buenas angulaciones posteriores, asociadas a estructuras atléticas, líneas dorsales más convexas y región lumbar potente. Vuelven a generalizarse los belfos más recogidos y los labios retráctiles que facilitan la respiración lateral en el agarre.


En lo negativo, detecté una alarmante tendencia al gigantismo, ese pecado de los perros de moqueta, que viene de la consanguinidad y de los cruzamientos con Canarios y otras razas. Me dicen que desde ARRECAL, la asociación de las rehalas, están fomentando esa idea de alanos grandones. Craso error, que atenta contra la tradición racial, que limita la velocidad de los perros e incita al cruzamiento y multiplica las displasias. Como si no hubiera perros desmesurados en el mundo de las rehalas, para incluir al alano en ese sospechoso grupo. La otra mala noticia, me la dio Luis Vicente (Ledesma) quien me asegura que aficionados de toda condición le solicitan capa negra en sus perros. Esa capa negra, a veces negro y fuego, es ajena a la tradición del Alano Español. Las más lindas capas y más representadas son encerados, leonados y bayos; históricamente aparece mucho el color blanco manchado, los llamados pintos o mejor berrendos; también se dan barcinos, que la raza heredó en España seguramente de su coexistencia con los perros de presa españoles donde es más abundante. Pero el negro no es tradicional, no debe estar incluido en ningún patrón racial que se precie. Solo la ignorancia ha abierto las puertas a esa capa y desde aquí quiero señalarla como un defecto asociado seguramente a más cruzamientos.


Diplomas, trofeos y placas para ganadores y participantes. Dos días de convivencia entre aficionados, son dos días de fiesta. Tuve el privilegio de la compañía de mi hija Julia Contera y de Luis Cesteros, que es un sabio de estos y otros muchos temas. La familia Vicente se ha ocupado de los más mínimos detalles en la organización y sus colaboradores los hermanos Corral, Luis Vicente y su familia, también ha colaborado el matrimonio Moyano, Francisco Calzada. Un ambiente excepcional, donde no faltó el jamón de los de verdad, los famosos embutidos salmantinos y esa tarta de manzana de Manoli que nos invita a repetir. La presencia de aficionados monteros, bien jóvenes por cierto, que te salpican la estancia de anécdotas y dan ánimos para afrontar el esfuerzo y los gastos, hasta mantener el grito de respeto al tipo y uso tradicional de Alano Español.



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(*) Carlos Contera Alejandre es veterinario y genetista. Es el recuperador de la raza Alano Español desde 1980 y actuó como Jurado en la monográfica de Salamanca.

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